ATrE¡!VErSE
Hay momentos en la vida donde el cambio acontece de forma repentina y sin avisar.
La mente reactiva se enfada, mientras que la reflexiva busca opciones de salida.
Entretanto, la presencia silenciosa genera el milagro que trasciende lo personal.
Desde ahí puedo ocupar el lugar que me corresponde para estar en paz con el plan global.
Así la energía se recicla y crea nuevas formas de experimentar la realidad.
Las experiencias personales no tienen precio, sino el valor que nos atrevamos a aportar.