HiperNormaL
Era un día habitual, aunque en mi fuero interno, la alegría de crecer cada día un poco más, lo hiciera distinto a los demás.
Respiraba quietud cuando se clavó en mi mente el alfiler de un pensamiento sin afecto; dejé que el silencio lo evaporara mientras caminaba. Observé que la energía es incompresible para la mentalidad, pese a que lo invisible «toca por dentro» sin cesar.
Entretanto, la ligereza recuperó el espacio de la armonía emocional.