PAZ
Anoche tuve un sueño revelador. Estaba inmersa en una marea de gente, ataviada con el distintivo de una carrera urbana.
Entonces me di cuenta de que no quería posicionarme tras una «salida» y menos aún que me indicaran la «meta». Por eso abandoné aquella amalgama con la intención de que el pelotón huyera hacia su destino sin mí.
Pasada una hora del pistoletazo de salida, inicié la marcha desde la línea imaginaria que concebí para la ocasión. Intentaba seguir el rastro del club de corredores, esquivando a quienes ejercían sus rutinas, alejados del efecto «running» acontecido.
Aquél desorden hizo que pidiera asesoramiento espiritual; el afecto calmó poco a poco mi mente y sobre la marcha, en pleno circuito me preguntó:
- ¿Para qué has venido?. Trato de adaptarme, contesté.
- ¿Para qué quieres adaptarte?. Por el conflicto.
- ¿Qué buscas del conflicto?. Siento atracción hacia él.
- ¿Por qué sientes atracción hacia el conflicto?. Para reconvertirlo en paz.
- ¿Crees que la paz lucha contra el conflicto?. No.
- ¿Quién quiere convertir el conflicto en paz?. Mi personalidad.
- ¿Quién dirige tu vida: la personalidad o el espíritu?. Gracias, respondí.
Dejé la ruta con la sensación de que había llegado al final de un capricho personal.
En el camino encontré a un amigo que también decidía abandonar al personaje que le daba identidad.