Te contaré la historia de dos principios que coexisten en el cuerpo y la mentalidad.

La pasividad y la actividad son fuerzas que habitan en el vecindario interior limitándose, para que puedas conocer al «yo impersonal» y trascender las frustraciones por fantasías románticas; ideas perfeccionistas; etiquetas estéticas; impulsos inútiles y tendencias a complacer o impresionar.

Tras la personalidad encontarás un espacio íntimo de cálida oquedad, que otorga sentido global a cada experiencia particular.

Ese vacío es el centro de tu claridad, para mirar la realidad de forma distinta a lo que aparenta reflejar.