Vida para SER
Hay un espacio oculto en cada cual, que espera ser revelado a través de la experiencia individual.
Los conflictos representan la forma en la que nos relacionamos con nosotr@s mism@s y con suficiente paz para observarlos y profundizar, mostrarán el potencial transformador que hay detrás, enseñando lo que hay y no, lo que nos gustaría que hubiera a nivel particular. Por eso madurar requiere valor y mérito por igual.
Los anhelos del corazon se gestionan con trabajo interior, para merecer una claridad mayor en la práctica habitual. De lo contrario, los tumbos «sin ton ni son» de cada día, serán la máxima aspiración.
El autoconocimiento es la oportunidad de producirnos felicidad, respetando a l@s demás.