Conozco a alguien que en octubre de 2018 causó baja laboral voluntaria en el trabajo; lo hizo porque necesitaba un cambio y decidió CREARSE una oportunidad diferente.

La acción fue producto de una decisión reflexionada, que preparó de forma consciente hasta que llegó la ocasión de hacer realidad aquello que deseaba.

Generó unos ahorros previos para disfrutar del tránsito hacia la siguiente condición. Asumió la autoridad de las «palabras-obras-emociones», para fundamentar un trabajo en coherencia con sus convicciones.

Recibió opiniones de miedo y a pesar de ello, continuó centrado en su sensación interna; sin saber dónde, cómo ni cuándo, se produciría la circunstancia que generaría el siguiente contrato laboral. Se mantuvo firme y en CONTROL frente al caos del exterior.

En enero del 2019 comenzó a trabajar como deseaba; entonces escuchó que había tenido suerte… su ejemplo SOSTIENE que cada quien «causa» sus «causalidades».