Hace tiempo que quiero escribir sobre él, pero las cosas son cuando tienen que ser, ni antes ni después.

Hoy hablaré de mi padre y su potencial para brillar.

Nació príncipe y se convirtió en rey del hogar con la fortuna del rigor laboral. Aportó confianza al domicilio maternal y apostó por la seguridad de su esposa e hijas, sin vacilar. Buscó aventuras varias para aplacar los miedos que heredó de su progenitor, a temprana edad.

Ahora comienza a disfrutar de su propia compañía, trascendiendo así, un legado de personalidad que parecía difícil de transformar. Apostó por la luminosidad y acortó la distancia con su naturaleza esencial.