Siempre me sentí con derecho a experimentar la vida a mi manera. A descubrirla desde mi propia experiencia; por eso cuestiono lo que llega a mis oídos, también lo que recibo a través de las sensaciones del cuerpo y por supuesto, observo lo que pienso, para reciclar lo que resta valor a mi existencia.

Vivo para ampliar los horizontes que observo en mi interior. Lo hago aplicando visión panorámica a los hechos que llaman mi atención. Nadie me enseñó, fue la necesidad de trascender creencias limitantes, lo que provocó la aplicación del punto de vista cósmico a los acontecimientos. Por eso no baso mi experiencia en agradar, tampoco en convencer a los demás. Sigo mi propio orden interno y desde ahí, construyo mi realidad. Me costó articular lo que planteo, por la retórica humana que heredamos del contexto.

Las personas encerradas en el modo “biológico” creen que algún día perecerán. Quieres se atreven a integrar el modo “astral” se permiten disfrutar de la vida más allá de lo evidente y lo “normal”.

El cambio real pasa por aceptar la multidimensionalidad de la vida actual.