Viaje al Compromiso
Cada mañana despierta un amante dormido de un sueño intranquilo.
Cree que sabe, pero en realidad no sabe nada de su amada realidad.
La busca incansable por el bosque de la niebla mental.
Cuanto más teoriza, más se pierde por la ruta izquierda del cerebro racional.
Un día presta atención a la presencia que observa a la mente hablar.
-¿Se atreverá a contemplar otras posibilidades para interpretar la realidad?-.
Se arriesga a colocar su atención en el observador que Le mira con desapego emocional.
Las sensaciones le aportan libertad para colocar su energía donde quiere estar.
Actúa desde el compromiso con la paz y abandona todo lo demás.
La niebla empieza a disiparse y el bosque le enseña una ruta distinta.
La aventura surge en el lado derecho del cerebro, con símbolos y señales que requieren atención y seguimiento.
El amante observa otros paisajes a su alrededor que mira sin temor, porque siente confianza interior.
El encuentro con su amada realidad es cada vez más cercano a su corazón, desde otro sistema de comprensión.
«No hay que temer a nada en la vida, sólo tratar de comprender» Marie Curie.