NaSer
Nunca me sentí viva sólo por tener un cuerpo que respira.
Quería comprender y comencé a cuestionar lo que percibía a través de la vista y el oído, para obtener respuestas íntimas.
Me otorgué independencia para reflexionar. Comencé a hablar de forma directa y clara, para favorecer la conexión espiritual. El esfuerzo por simplificar y abreviar de forma deliberada, me enfocó hacia otra forma de pensar.
Aprecié tras mi humanidad, otros cimientos al margen de la dinámica social basada en teorías para enseñar. Así comencé el puente con el linaje al que pertenezco; no necesito títulos, ni busco la protección de una madre/padre sagrados a quienes adorar.
Luego aparecieron otras formas de habitar la realidad, a veces con brillos y luces que parecen flotar alrededor de las personas sin más; otras veces con viajeros del interior/exterior de la tierra, que permiten la comunicación, por presentar breve conocimiento interior.
Afirmo que al practicar, la mente deja de distraerse y comienza a asimilar otras existencias, entre las dimensiones que se presentan para explorar la cotidianidad.
Hoy me siento naser cada día un poco más.