Bautismo de Fuego
Así comienza la historia de unos ojos leales a su conexión, que nacieron con la imaginación activa en su interior.
Poco a poco, la mirada imaginativa fue perdiendo terreno porque llegó el miedo; los ojos comenzaron a exigir y delegar, por falta de confianza personal. Luego apareció la ira, incapaz de vivir en paz y aquellos ojos destinados a escribir su destino, olvidaron la mirada original.
Entonces la vida dotó a la vista de un incendio arrebatador.
El fuego quemó la urbanización con rachas de viento de consideración, abrasando lo que a su paso encontró. Aquellos ojos perdieron el miedo con la visión, ya no estaban sobreviviendo, sino entregados a una causa mayor; como un animal salvaje que carece de piedad por sí mism@ y confía en su naturaleza interior. Así prendió nuevamente la imaginación y los ojos vieron en la chispa del ingenio, un modelo de protección.