Fuego y Vida
Se incendió la urbanización en la que vivo. Los pájaros marchaban mientras las palmeras ardían frente a mi casa. Observé las llamas, desde las vidrieras calientes de las ventanas. Colocamos toallas mojadas bajo las puertas y salimos al rescate del coche, entre los humos de la comunidad.
Después llegaron los bomberos y ayudamos con cubos y mangueras a sofocar lo que pudimos alcanzar. Cuando las viviendas comenzaron a arder, apoyamos a los profesionales con agua para beber, comida y colirio para ver, agradecid@s por la labor de extinción, de cuatro casas en cuestión.
Experimenté una vez más, que el pensamiento que ayuda a vivir está relacionado con el agradecimiento por lo que hay en todo momento, siendo resolutiv@s con lo que toque en cada ocasión.
Protegí mi hogar y el de l@s demás y hoy vuelvo a escuchar el cantar de los pájaros que regresan a sus residencias; para mí, eso es Felicidad.