ProyecTo espiriTual
La tercera dimensión implica no sentirse querido por l@s demás y convivir con la incertidumbre del contexto en el que estás.
La tercera dimensión requiere reintrepretración, en dirección a aumentar la capacidad, de manejar el miedo y la ansiedad.
La tercera dimensión entrena la jerarquía del mérito: la maestría consiste en contarte verdades, para poder respetarte.
La tercera dimensión permite aportar valor y/o compensar el malestar, ambos a la vez, sin excepción.
La tercera dimensión consume la fuerza vital del proyecto espiritual con evasión y negación.
Deseamos que el mundo cambie, mientras repetimos la ruina psicoemocional cotidiana.
Queremos lo mejor, aunque nos conformamos con expectativas externas/ajenas.
Buscamos autenticidad, pero la carga es demasiado dura de asimilar.
La programación pretende tu mejor versión, entre el caos accesorio.
Decides en cada ocasión, qué intención proyecta tu atención.
El espacio temporal, implica transformación personal.
Para encontrar la paz, céntrate en lo fundamental.
La luz de la comprensión es un Tesoro ReaL.