Mundos Mundanos
En el silencio interno nos sentimos completos.
La tendencia a convertir deseos en necesidades, produce malestar emocional.
El malestar emocional nubla la capacidad para observar, detrás de las apariencias externas.
Con las puertas cerradas a la intuición, decae el coraje y la seguridad, en favor del miedo, la culpa y la inquietud. Aparece el comportamiento compulsivo, como forma de compensar, los altibajos de la expresión psicoemocional. El hábito de las bajas frecuencias, se nutre de incoherencia psicoemocional (pensar-sentir-hacer en distinta dirección). Nace la adicción por el sentido recreativo y la dispersión.
El camino de reparación, implica acciones cotidianas coherentes, para elevar la frecuencia, a través de «acción con autooobservación».