El relato circular es siempre igual: requiere la dualidad del bien/mal, para desarrollar guerras/conflictos de variedad, entre bandas en disconformidad. Cuando tiran@s y cautiv@s negocian treguas y amnistías, que incumplen por motivos de variedad, surgen héroes/heroínas, para ejecutar los pactos acordados. Alguien l@s traiciona y la narrativa retoma al origen de la dualidad circular, con una justicia pendiente de alcanzar.

La salida del relato circular, está en conectar con la AuToridad de quién eres, fuera del personaje que cree que evoluciona entre convenios y compromisos de la época y localidad cultural. La eTernidad No presenta sed de placeres, ni necesita la defensa del humanismo. Nadie te puede cerrar la percepción espiritual, sino tu mism@, con la práctica de la incoherencia psicoemocional.