Gran ReaLidad
La personalidad elude la dimensión serena del corazón, a favor de la impresión emocional. Este desplazamiento de la atención, merma la capacidad de entender la realidad, por la distracción que generan las apariencias de la emotividad.
La presencia interna, usa el bajo perfil de la fidelidad interior, para impulsar a la personalidad, hacia la reconducción de los deseos de la mentalidad, desde las distorsiones de la psique, hacia la coherencia del corazón.
Iniciamos una trayectoria vinculada con la soberanía del centro orgánico de concentración, para la unión con los pensamientos vivos, la mirada creativa y la antigua alegría.