La nubosidad de la mente psicoemocional, comienza con la atribución externa de las causas. Aceptar la ilusión de atribución exterior, limita la percepción del orden que usa «pensamiento y voluntad», para manifestar de lo sutil a lo concreto, en cada dimensión de la realidad.

Cribar «verdadero y falso» en la mentalidad, unifica con otra forma de pensar, que no es buena ni mala, sino coherente (PsiQuis EspiriTuaL). Aplicar coherencia en la cotidianidad, genera confianza reflexiva y criterio de autoridad, para dejar el hormiguero de la actividad conceptual y su océano de consideraciones y significados de innumerables interpretaciones.

La maduración del fruto mental, favorece la reconexión con la presencia interior (yo soy/yo superior), para navegar sobre el mar de datos de la información, con «unificación de honesta dirección».