Marco Mandorla
La crónica de la creación indica, que la tierra emerge del mar y que dioses/as del espacio, crearon manadas salvajes y animales familiares, a través de una matriz artificial. La cuestión es que administran el territorio, a fuerza de moldear, con palabras de aliento y/o amilanamiento, tipo asistente digital, el relato de un miedo a considerar: la responsabilidad de la experiencia terrenal.
Al margen de la banda mencionada con anterioridad, existe una dinastía solar, que genera y sostiene su propio perímetro psicoemocional, mientras cohabita con mentalidades ocupadas por autoridades externas. Este linaje energético, actúa a «imagen y semejanza» de la vibración de conciliación, que sustenta y acota cada área multidimensional. La experiencia terrenal permite «entrenar» esa frecuencia armoniosa, al consolidar un punto central de discernimiento, que atestigüe cada acción, desde el sentido trascendental de la responsabilidad individual.