El modelo teológico (héroes nacidos de vírgenes que mueren y resucitan), refleja la línea editorial de la ideología imperial, con tres premisas a considerar: crear el reino respaldados por el poder del sol (conocimiento salvador); acuñar monedas; perdonar deudas y dar pan al pueblo. Cada regente inauguraba su mandato, con la propaganda de prosperidad, indicada con anterioridad. Utilizaban la retórica de la persuasión, mediante mensajes, palabras y tonos de voz, propios de mercaderes, que usan el engaño, para conseguir los resultados deseados. El plan refleja el relato cotidiano, cuyos ciclos discurren por un tablero asTroLógico de mentalidad arquetipal: somos la misma gente, dando vueltas al mandala psicoemocional. El alma (avatar astral), armada con las herramientas de la personalidad original, puede salir del encierro mental, con la intuición, que no necesita creencias para evolucionar. La espiral de la claridad circular, reconoce los atributos esenciales de la personalidad original y rectifica en sí mism@, lo que no cumple con la cualidad primordial.