Reinar sobre la experiencia externa, requiere entrenamiento de alta concentración, para conducir la influencia del contexto, al sentido práctico de la coherencia interior. Una vez creado el centro de anclaje preciso, la estructura sostiene la presencia interior, que aplica desapego psicoemocional, sobre los impulsos de la personalidad. La presencia interna proyecta la frecuencia del afecto propio, para producir certezas, sobre las dudas y los miedos, del animal mental. Cuando el espacio de la presencia interior, concentra suficiente concordancia en los contextos interior/exterior, recibe otra frecuencia vibracional, en el seno de la unidad de anclaje, expresada con anterioridad. Se trata de un proyecto de largo plazo, que revela creatividad, sobre el reino de la materialidad.