EL VínCuLo
Cada luz (consciencia subjetiva) proyecta una sombra, que se nutre de la colectividad psicoemocional de la cultura del lugar (inconsciente colectivo). La sombra repite por presión y estrés, las contradicciones transgeneracionales del espacio-tiempo, que le toque ocupar.
Cada luz, recorre el camino de la solidez interior, desde la identidad personal (que quiere ser alguien para l@s demás), a la identidad del ser (que quiere ser alguien para sí mism@ y colaborar con quien le apetezca estar, en el campo del «ensayo – error», que ofrece la plataforma material). En ambos tramos, no se pierde de vista a la sombra, que ocupa su lugar, detrás de la luz, que ilumina su andar: el saber no es para responder ante l@s demás, sino para aplicar.