La presencia interior: yo soy-alma-niñ@ interno-espíritu-consciencia-cristo-fuente-dios-luz-sol-energía-amor o como la quieras nombrar, presenta una serie de características de fácil identificación:

-Observa los acontecimientos cotidianos con atención.

-Usa el silencio interno, para tomar distancia del movimiento emocional habitual.

-Confía en el afecto interior: sentimientos del corazón-pensamientos del corazón-expresiones del corazón-actos del corazón. La información que surge del corazón, para la cotidianidad, es sencilla, directa y certera.

-Presenta honestidad radical; por eso prefiere la soledad, a las charlas de ideas que vienen y van. Carece de paciencia hacia los autoengaños de la mentalidad. Usa la mente para discernir, concretar y priorizar.

-Hay desapego hacia la personalidad y los juicios culposos de la mentalidad, como resultado del «hacer-expresar o parar-callar». La presencia interior disuelve las creencias contradictorias de la lógica racional.

-Aplica la fuerza de la creatividad (imaginar, concebir, estructurar); la utilidad de la neutralidad (percibir sin aferrarse a un resultado concreto) y la potencia de la destructividad (limitar, limpiar y reciclar) para la vida diaria.

NoTa: las personas que viven desde la naturaleza de la presencia interna, son conscientes de que la lealtad, hacia esa relación de intimidad, l@s convierte en rarezas de difícil comprensión social.