Tres pasajeros y un vehículo
Cuando me preguntan cómo meditar, aludo al silencio como vehículo inicial.
El recorrido comienza al mirar los pensamientos con distancia emocional, para evitar enjuiciar el murmullo de los razonamientos.
El viaje cuenta con la respiración tranquila y el observador reflexivo; ambos permitirán circular con clima interno.
Durante el trayecto se activa el control de crucero para apreciar las sincronías y un limitador de carga para los excesos.
El vehículo accede al camino contemplativo cuando se deja guiar hacia sí mism@ por el viaje del camino interno.