ermitaña urbana
Nunca me sentí «del exterior»; observaba para ubicarme en paz y ya está. Hace poco comencé a percibir el mundo externo desde una experiencia nueva. Estuve indagando sobre el cambio que convirtió el espacio comunitario en parte de mi hogar. Resulta extraño sentir paz interior en el exterior, como si ambos contextos se hubieran fusionado a base de trabajo personal. Por supuesto, sigo poniendo límites a mí misma y a l@s demás, en un movimiento continuo, lleno de contrastes, para aprovechar la vida en la diversidad.