ADN AndróginO
Recuerdo a mis abuelos desconcertados por la llegada de la «vida moderna».
Hoy me toca observar el nacimiento de una nueva humanidad, que vive de la economía colaborativa, porque no han crecido peleando por sacarle provecho a l@s demás; utilizan los transportes públicos; no les seduce el modelo matrimonial ni la descendencia; se alimentan de lo vegetal y su sentido de vida se basa en sentirse bien, sin necesidad de cambiar a nadie más, porque su entorno vital es virtual; piensan en términos expansivos de forma habitual, por la tecnología que usan para la cotidianidad.
Lo material pierde presencia ante la vida digital, que usa la transparencia de la información para sumar-compartir-cooperar, conectad@s a un sistema operativo semejante al cosmos y la vida natural.
Les sonrío gratamente, porque son el futuro de una raza que evoluciona hacia otras formas de existencia, afines con su lugar de procedencia.