Querida Isabel,

te escribo para contarte que formas parte de una familia normal, que cuenta con la estructura histórica que trataré de explicar:

-Belén vive contrariada, es dolosa, culposa y quejicosa.

-Bernardo carece de autocrítica y autonomía para cuidarse; por eso se entrega a la suerte y el azar.

-Brígida es controladora; la rigidez mental le aporta seguridad, de ahí que trate de proteger a l@s demás.

Los progenitores de la descendencia descrita con anterioridad, son Juan y María:

-El rechaza todo aquello que no coincida con su visión personal.

-Ella somete con el esfuerzo por la crianza y castiga con culpabilidad, a quien actúa de forma contraria a sus necesidades maternales.

Juan y María mantienen una relación de desconfianza; ellos tampoco gozaron de relaciones enfocadas hacia la autoestima, el autoconocimiento y la responsabilidad de la autonomía personal, en el grupo de nacimiento. Al nudo emocional descrito con anterioridad, se suman yernos y nueras con la misma narrativa; de ahí nace el modelo social en el que habitas, donde la conflictividad sucede de forma instantánea con independencia de la edad.

El mérito de madurar supone sostener el afecto personal sin agravios, desde la satisfacción que aporta entrenarse con las fuerzas de alto rendimiento vibracional, en el contexto en el que estás.

PD: te envío un regalo que espero te inspire a nadar, más allá de la orilla argumental habitual.