La Bóveda Cerebral
Cuando me preguntan por la personalidad, aludo a la fuerza bruta para explicar que requiere dirección y rumbo estable.
La mente no necesita de la personalidad, porque sigue pensando lejos del personaje fragmentado y contradictorio que hereda según el contexto de nacimiento.
La mente puede operar a «imagen y semejanza» de su origen y no como un rebaño de ideas expuestas al sol que más alumbra, a favor o en contra del momento particular, dando vueltas en una tierra circular.
La personalidad sirve para viajar como turista de la cotidianidad; observando, explorando y aprendiendo lo que la vida ofrece, en dirección a sentirse bien consigo mism@ sin necesidad de cambiar a los demás.