EL Reposo
-¿Has ido a lugares donde no quieres estar y compartido con personas con las que no te quieres relacionar?-.
Para sortear esas situaciones, aprendí a negociar conmigo, porque obligarme, nunca me pareció normal.
Así comencé a realizar acuerdos íntimos para la existencia terrenal.
Al prestarme atención, el sentido de mi vida comenzó a desplegarse.
Mantenerme en reposo interior, me llevó a conocerme cada día más.
El bienestar nació dentro a través de aceptar mis «rarezas» sin forzar.
Quererse es un aprendizaje cotidiano, que conecta con la singularidad.