Hay fijaciones patológicas que manipulan la mente particular.

Crean la realidad desde el temor a la vida y se alimentan del miedo, para sintonizar con la cotidianidad de cada día.El flujo que genera la densidad de las ideas no les permite vivir en paz, porque el paraíso artificial es una carrera de obstáculos por enfrentar. Tanto la acumulación de pasado, como la previsión de futuro, deja una estela de inconsciencia que aleja cada vez más, del campo energético original, siendo más fácil temer que vibrar en paz.

Todo aquello pensado desde el recelo y la desconfianza, indica el lugar dónde estás; no para juzgarse, sino por averiguar cuándo, cómo y para qué se activan esos pensamientos y orientar el rumbo de cada cual.